Varias veces me he preguntado por qué hay algunas personas que prefieren salir muy temprano y por largos tramos pedaleando o caminado, cuando la alternativa es que darse acostadito en la casa durmiendo o viendo TV…. Este texto creo que interpreta perfectamente la razón de esto para mucha gente, aunque yo no consiga enterder del todo. Por cierto Jorge haber cuando hacemos otra salida en bici, que ya la he arreglado y me la he traido a Utiel :)
EN EL TEMPLO DEL DOLOR
"Mi expresión desencajada, la nausea que me sobrecoge como una marea negra, el fuego que arde en mis pulmones y en mis músculos, el corazón palpitando contra mi pecho con la desesperada fuerza de la bestia que quiere escapar de su jaula, mi visión borrosa y desenfocada como si hubiera bebido unas copas de más. Aquí estoy una vez más en la zona del dolor, en el reino del esfuerzo máximo, en el altar del supremo sacrificio ciclista, en ese estado, ese lugar que levanta en mí intensas sensaciones de temor y respeto pero al que, sin embargo, acudo una y otra vez inexorablemente atraído por algo intangible que escapa a toda lógica.
El ciclismo es muchas cosas, es diversión pueril, es enajenación paisajística, es camaradería, es meditación y descubrimiento, ocasionalmente es el miedo a dejarse la piel al lado del camino, y también el reto físico de superarse a uno mismo y en algunos casos, a superar a los demás. Pero hay algo más, estoy convencido que cuando alcanzo ese punto culminante de máximo sufrimiento y de insoportable esfuerzo algo diferente y mágico ocurre.
La magnífica belleza que me rodea, los bosques, las montañas, el canto del arroyo que pasa y los cielos azules, las chicas en bicicleta, incluso mis pensamientos e ideas se desvanecen y pierden forma, se arremolinan y son engullidos por un vértice voraz que desemboca en un diminuto punto focal de extraña calma, en un pequeño oasis que se mece precariamente en medio del caos. No es que quiera hacer puntos para ser mencionado mártir del año o algo así, pero dicen los entendidos que el dolor, como el fuego, purifica y creo que debe ser verdad. En el fondo, todos buscamos redención y tenemos nuestra propia manera de conseguirla. La mía es darle al pedal.
Y cuanto más dolor hayas experimentado, más tiempo podrás estar allí, columpiándote en ese precioso y efímero momento que refleja con fidelidad digital la esencia impermanente de nuestra propia existencia."