La empresa que los comercializa en Australia tuvo que reconocer que no cuenta con pruebas científicas que respalden los beneficios que promociona: acerca de la optimización del flujo de la energía natural del cuerpo, así como el aumento de la fuerza, flexibilidad y equilibrio. Simplemente se trata de una pulsera de plástico, que ha sido comprada por millones de personas, recaudando unos beneficios superiores a 35 millones de dólares.
Como podemos ver, se trata de un nuevo caso de publicidad engañosa, que como muchos otros, se aprovecha de la ingenuidad de la gente. Me parece fatal esa forma de engañar a los demás, un verdadero timo que ha tenido más efecto por haber sido vista en famosos jugadores de la NBA, futbolistas como David Beckham o Cristiano Ronaldo, o numerosos actores.En mi opinión debería estar más regulado el mercado de estos productos, para tratar de desenmascarar estos fraudes antes de que logren aprovecharse de la gente. Pero también nos damos cuenta de que algo pasa, de que compramos las cosas sin pensar, por aquello de ‘si lleva eso tan científico, algo bueno tendrá qué tener ¿no?’. Deberíamos andar con más ojo, antes de comprar cosas como estas.
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